Consejo de la Juventud del Principado de Asturias. Conseyu de la mocedá del Principáu d' Asturies 

Este día tan señalado  ha de ser un día para reivindicar otro mundo posible: más justo, igualitario y solidario y además, por tener un carácter internacionalista, desde estas organizaciones solicitamos apoyo a la juventud y sus pueblos que luchan por los derechos más fundamentales ante las agresiones que el capital ejerce a nivel internacional y especialmente en lugares como Sáhara o Palestina, donde los Derechos Humanos se incumplen de la forma más flagrante.

Los jóvenes asturianos somos conscientes de lo que nos jugamos por eso no solo vamos a participar dentro de las movilizaciones del 1º de mayo sino también en la manifestación impulsada por el CES -que tendrá lugar el día 14 de mayo en Madrid- para exigir un amplio programa de reactivación económica que permita el mantenimiento y la creación de empleo de calidad, mejora de los salarios y de las pensiones y el reforzamiento de las políticas sociales.

La juventud, seguimos siendo el eslabón más débil (con mujeres e inmigrantes) del mercado laboral y por lo tanto el sector más frágil de la clase obrera. En este sentido debemos de revitalizar el sentido original de este día, buscando la unidad de acción y de clase frente al capital que sólo busca mantener la tasa de ganancia sin preocuparle en lo más mínimo las y los trabajadores y que no dudará en recurrir, como siempre ha hecho, a los métodos que considere oportunos siempre en contra del trabajo.

Ante la globalización y el neoliberalismo, que han demostrado su fuerza destructiva, las y los jóvenes asturianos oponemos la fuerza constructiva de la unidad internacional de clase y la lucha de ideas.

En estos momentos nuestras voces se alzan para exigir que las crisis del capital no la paguemos las y los trabajadores y seguir reivindicando el pleno empleo y de calidad, la protección total a los/as desempleados/as, la efectiva igualdad entre mujeres y hombres, la democracia participativa, una justa distribución de la riqueza y la reducción de la jornada laboral con el consiguiente reparto del empleo, medidas más necesarias que nunca ante esta crisis sin precedentes.

La juventud asturiana clave para salir de la crisis en Asturias

La juventud asturiana sigue siendo una mano de obra cualificada y barata, lo que nos impide o dificulta alcanzar un desarrollo completo como trabajadores y trabajadoras de pleno derecho: seguimos cobrando menos que nuestros mayores por realizar el mismo trabajo, y cada vez esta brecha salarial generacional se está agrandando, entre otros motivos porque la temporalidad y la rotación siguen evitando que accedamos a los pluses de antigüedad y demás derechos adquiridos por las generaciones precedentes.

Si bien esta situación la compartimos generacionalmente con la mayoría de la juventud del resto del estado español, las y los jóvenes asturianos seguimos estando en peores condiciones que nuestros coetáneos del resto del país, a pesar de que estadísticamente la crisis haya afectado menos que en otras regiones y que no se nota en nuestras vidas.

Otra de nuestras principales preocupaciones, y que han de ponerle remedio y afrontarla de una vez por todas los poderes públicos, es la inversión de la pirámide poblacional, que hará de Asturias una de las regiones más envejecidas, si no lo es ya, tanto por la disminución de la natalidad como por la emigración de jóvenes que salen en busca de mayores oportunidades; y que no se compensa con la afluencia de inmigrantes.

La situación para la juventud asturiana en esta fase de crisis no es nada halagüeña ya que si nos fijamos en el empleo destruido en este último periodo veremos que esta destrucción se ha cebado en los trabajos temporales, al cuál accedemos las y los jóvenes, que tienen menos garantías y menos posibilidades de protección en caso de desempleo.

Si a esto añadimos la continua entrada y salida del mercado laboral y la precariedad que caracteriza la mayoría de las trayectorias laborales de la juventud asturiana, veremos que nuestra situación vital está en las peores condiciones para poder afrontar la crisis con un mínimo de garantías; siendo además la generación más preparada de la historia de este país.

Otro indicador de las dificultades que atraviesa la juventud asturiana es la tasa de emancipación, que sigue siendo una de las más bajas del estado español. La imposibilidad de encontrar un empleo estable con salario digno y el precio desorbitado de la vivienda, a pesar de las insuficientes políticas públicas de la administración, impiden que nos desarrollemos como trabajadores de pleno derecho.

Con este panorama, no es de extrañar que esa lacra social que es la siniestralidad laboral penda como una espada de Damocles sobre la juventud asalariada asturiana. Seguimos siendo los que más accidentes laborales sufrimos, tanto leves como mortales, y ni los empresarios cumplen con la Ley ni las administraciones hacen que se cumplan.

Seguimos reivindicando que trabajamos para vivir y no vivimos para trabajar.

La situación de créditos e hipotecas han hecho durante estos años una juventud poco combativa, más preocupada por pagar letras que por reivindicar sus derechos y por eso la Banca se ha ido aprovechando de los más jóvenes para meterlos en esta rueda de la cuál es difícil salir; generando una economía ficticia (la economía financiera) que sólo ha reportado beneficios al sistema bancario y financiero y ha hecho más dependientes a las y lo trabajadores jóvenes, naturalizando este proceso, que es necesario revertir. 

Mientras los empresarios de esta región han ganado ingentes beneficios que han revertido más bien poco en las y los trabajadores (que somos los que creamos valor, no lo olvidemos), ahora pretenden que socialicemos las pérdidas entre todos, cuando nosotros no hemos sido los que hemos generado esta crisis.

Sus fórmulas son las de siempre: reforma del mercado laboral para flexibilizarlo, reducción de las cotizaciones a la Seguridad Social, bajada de impuestos o ampliación de la edad de jubilación. No sólo ganan dinero en la época de bonanza sino que además quieren sacar tajada de la crisis a costa de los de siempre.

El refuerzo de los Servicios Públicos de Empleo frente a ETT´s y agencias de colocación es fundamental para la creación de empleos estables y de calidad evitando la entrada, en actuaciones que deberían ser públicas, de los agentes privados, que no son más  que los máximos exponentes de esta situación de extrema precariedad y sobreexplotación de la juventud trabajadora. Esto tiene que ser controlado fortaleciendo la Inspección de Trabajo y aumentando el número de inspectores laborales para que se cumpla con la normativa en materia laboral.

La necesaria protección para la juventud trabajadora que no puede acceder a las prestaciones por desempleo, dada la inestabilidad laboral en la que se encuentra la juventud asturiana asalariada, ha de ser una de las prioridades de las administraciones públicas ante esta situación de crisis, tendiendo como horizonte el abrir debates sobre rentas básicas y salarios sociales.

Ante este panorama, es necesario salir a la calle, este día en especial y cuando la ocasión lo merezca, a reclamar nuestros derechos -duramente conquistados- para que no sean recortados, unas veces de manera descarada y otras más sutilmente, por las políticas neoliberales y por una patronal cada vez más feroz a las que hay que poner freno en su intento de eliminar barreras para saciar su voraz apetito.

¡LA JUVENTUD TRABAJADORA NO PUEDE PAGAR ESTA CRISIS!

¡POR UN EMPLEO DIGNO Y DE CALIDAD!

¡POR UNA MAYOR PROTECCIÓN SOCIAL!

¡POR UNOS MEJORES DERECHOS LABORALES PARA LOS JÓVENES!

¡VIVA EL 1º DE MAYO!