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«En Ciudad Juárez se da más valor a la santa muerte que a la vida de una mujer»

La escritora Diana Washington visita Asturias, invitada por Milenta para hablar de los asesinatos de Ciudad Juarez

 
LNE
 

15 de marzo de 2012

Marta PÉREZ

«Si una piensa en las amenazas se paraliza y no puede actuar; quien vive pensando que lo van a asesinar podría ser la siguiente víctima»

DIANA WASHINGTON VALDEZ Periodista, escritora y catedrática de Ciencias Políticas en la Universidad de Texas

La méxicana Diana Washington Valdez es la viva imagen del periodismo de investigación y denuncia. Reside en la ciudad fronteriza de El Paso, en Texas, y desarrolla su labor en el periódico de información local «The Paso Times», una gran crónica de sucesos, donde los asesinatos, por habituales, ya casi no son noticia. De ascendencia asturiana, la periodista visita estos días el Principado de la mano de la asociación Milenta Muyeres. Su misión: continuar denunciando, como viene haciendo desde hace treinta años, la violencia en los estados mexicanos de la frontera. Y un fenómeno asociado: los asesinatos de mujeres en Cuidad Juárez y Chihuahua, un fenómeno que ella llama feminicidio. Eso sí, lo hace desde Estados Unidos. Está amenazada de muerte y no puede cruzar la frontera. Nunca habla de su familia, por precaución.

-¿Qué es el feminicidio?

-Un genocidio contra las mujeres. Estamos hablando de unas 6.000 mujeres asesinadas en la frontera entre México y Estados Unidos desde los años noventa.

-¿Quién está detrás de esos asesinatos?

-Tenemos cinco líneas de investigación. En primer lugar, hay dos pandillas muy peligrosas, los cárteles de la droga, que han asesinado mujeres por iniciación; también hay narcotraficantes que han asesinado  mujeres impunemente; hay dos o más asesinos en serie que no han sido encarcelados; hay asesinatos cometidos por un grupo de hombres poderosos implicados en los asesinatos; y por último, los imitadores, que utilizan esos crímenes para tapar sus asesinatos.

-¿Y el motivo?

-Tienen el mismo móvil que los crímenes sexuales: reafirmar el poder. Acaban de descubrir la cuarta fosa común de mujeres asesinadas en Ciudad Juárez. Está en un sitio disputado por los cárteles de la droga y por otros intereses económicos.

-¿Por qué mujeres?

-Es más llamativo, sacude a la sociedad. Los narcos han amenzado con matar mujeres en Chihuahua si las autoridades no los dejan en paz.

-Su periódico ha destapado muchos de estos crímenes. Las autoridades decían que estaban exagerando con las cifras.

-Un funcionario me contó en una ocasión que ellos sí manejaban la información, que tenían los casos. Pero que se ocultaban, e iban al fondo de un cajón. Se oculta para minimizar el problema. Últimamente el gobernador de Chihuahua sí ha reconocido que existe un problema; en alguno de sus discursos se nota que siente vergüenza. Esto es inusual, antes nos atacaban, y ahora empiezan a darnos la razón.

-¿Cree entonces que las cosas están cambiando?

-Todavía no. Pasa lo mismo que con el narcotráfico. Las drogas siguen pasando, se supone que hay una campaña, pero no existe en realidad. Lo que sucede es que apoyan a las pandillas que asisten a los narcos para que se maten entre ellos y a ver quién queda. Al mismo tiempo siguen desapareciendo mujeres jóvenes del centro de la ciudad. Nadie ve nada, nadie escucha nada, y luego aparecen muertas. Hay que obligar a las autoridades a hacer su trabajo. Ya pasó el tiempo de denunciar, hay que actuar. Hacer una investigación formal y meter en la cárcel a los responsables.

-¿Y la corrupción?

-Hay complicidad por parte de autoridades corruptas; no quiero decir que el sistema es corrupto. Hay gente que ha tratado de ayudar, pero se les hace difícil. También al presidente de México se le hace difícil, porque hay gente de alto nivel que está muy metida.

 
-¿Tiene la sensación de que la comunidad internacional mira para otro lado?

-Hay gente en la comunidad internacional que han colaborado en la difusión de esta denuncia. Se tiene que presionar al Gobierno mexicano para que reabra investigaciones como los feminicidios de Campo Algodonero. Y otros casos. La presión tiene que seguir para que los culpables sean juzgados. México va a ser cómplice de los asesinatos si no se hace justicia con las víctimas.

-¿Cómo realiza su trabajo si no puede pisar México?

-Estoy amenazada de muerte, no puedo cruzar la frontera, incluso me han ido a buscar a El Paso. He tenido la suerte de que no me ha sucedido nada, mientras que otros compañeros han caído en el camino. En México tengo trato con una red de fuentes de mucha confianza establecidas en el tiempo: en el Gobierno, en la Policía, en las Organizaciones No Gubernamentales... Puedo conseguir la información.

-¿Cuando la violencia es tan habitual corre el peligro de que se  perciba como algo normal?

-Sí, hace poco reflexioné sobre ello en un ensayo. La sociedad empieza a aceptarlo como normal y eso es lo malo. No hay que aceptar nunca que es algo normal, porque el asesinato no lo es.

-¿Vive con miedo?

-Si una piensa en las amenazas se paraliza y no puede hacer nada. Los que viven pensando en esa amenaza podrían ser las siguientes víctimas.

-¿Las mujeres ocuparán algún día cargos de poder en la frontera?

-A través de los años ha habido mujeres que lo han intentado. Patricia Mercado intentó ser presidenta. Creo que tenía un compromiso auténtico con ciertos sectores de la sociedad y le preocupaba Ciudad Juárez. Pero a una persona así no la dejan llegar al poder.

-¿Qué futuro le gustaría ver en México?

-Justicia verdadera. Que los delincuentes sean juzgados, y que se reconozca el valor de una vida. Porque hoy día se tiene más aprecio a la santa muerte que a la vida de una mujer.
 

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