ASOCIACIÓN APIVANA

Todo el mundo sabe de la importancia que las abejas tienen sobre los ecosistemas, sobre sus trabajos sobre las flores y sobre las plantas, su polinización y su reproducción. Sin estos pequeños insectos no hay frutos o son mínimos los rendimientos. Se sabe que por cada euro que reporta la miel al apicultor, veintiún veces más se reporta indirectamente  al medio ambiente. Pero no es solamente los beneficios económicos que los apicultores obtenemos por tener colmenas. A veces nos pican y ese veneno que la sociedad temerosa considera dañino pues no lo es tal salvo excepciones de cardiopatías, hipertensiones o algunas otras patologías de los individuos de esta sociedad moderna.

Desde los tiempos más remotos se ha utilizado la Apiterapia (cura con las abejas) como remedio de males crónicos. La Apiterapia tiene como base la picadura de la abeja, cuyo veneno va actuar como analgésico, antiinflamatorio o biomodulador de las repuestas inmunes de nuestro organismo. Procesos como artrosis, ciáticas, hernias, depresión, gotas, incontinencias urinarias, mialgias, cefaleas, tendinitis, y muchísimas más tienen cura con pequeñas dosis de veneno aplicadas correctamente. Por esa razón ser apicultor añade un plus de calidad en esta vida moderna. Tener nuestras abejas puede significar cuidarnos en salud y recibir algún picotazo puede ser un estímulo para nuestro cuerpo.