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Generación ALSA

Artículo de opinión de Rebeca Rodríguez, presidenta del Conseyu de la Mocedá del Principáu d"Asturies (CMPA), publicado el 27 de febrero de 2005 en el diario La Nueva España.
 
Desde hace ya algunos años, el Conseyu de la Mocedá del Principáu d"Asturies viene denunciando públicamente una realidad que nos preocupa enormemente: la de los cientos de jóvenes asturianos que abandonan nuestra región para buscar empleo. No es una realidad virtual, es la terrible situación que viven cada vez más familias en esta comunidad autónoma.

Desde el Conseyu de la Mocedá somos plenamente conscientes que la emigración tiene un aspecto positivo cuando nos referimos a las personas que, voluntariamente, optan por elegir otras regiones para desarrollar su carrera profesional o personal. Sin embargo, adquiere tintes más dramáticos cuando es la única opción posible. Y éste es el caso de una parte significativa de la juventud asturiana. Así lo hemos puesto de manifiesto de forma reiterada en los últimos tiempos, incluso hace cuatro años la 7ª Escuela de Seronda tuvo como eje central la emigración juvenil.            

Esta realidad no sólo preocupa al Conseyu de la Mocedá, también a las organizaciones sociales asturianas. Los sindicatos han denunciado de forma reiterada el importante número de jóvenes que abandonan la región cada año. Estiman que unos 18.000 jóvenes lo hicieron en el 2003 y 2004. Es necesario reconocer que resulta muy complejo contar con cifras exactas, pero algunos informes, como el estudio "Los asturianos emigrantes en el exterior: asturianía, condiciones de vida y retorno",  elaborado por Óscar R. Buznego, sociólogo de la Universidad de Oviedo, afirmaba que entre 5.000 y 20.000 jóvenes con alto nivel formativo trabajan fuera de Asturias. Otro trabajo de la Federación de Cajas de Ahorros reforzaba la cifra que aportan los sindicatos (30.000 jóvenes) y matizaba que, de ellos, al menos 17.000 tenía formación universitaria o media (LNE, 15 febrero 2004).
 
Somos conscientes que las cifras son siempre discutibles, sobre todo si tenemos en cuenta que la inmensa mayoría de jóvenes que trabajan fuera de Asturias siguen empadronados en sus municipios con el ánimo de recibir, algún día, una oferta de trabajo en sus pueblos o ciudades. Sin embargo, diferentes organismos e instituciones ofrecen análisis y datos que contribuyen a reforzar una tesis: la realidad social y económica de nuestra Comunidad Autónoma es compleja y preocupante. Resulta especialmente interesante el informe sobre el año 2003 del Consejo Económico y Social de Asturias, que indica que el grupo comprendido entre los 25 y 34 años registra el 56,6% de la pérdida de población total.  Incluso indicaba el origen: las dificultades de inserción laboral de este colectivo. Aportaba otro dato aterrador: sólo el 4,4% de los contratos que se realizaron tenían carácter indefinido. Otra fuente estadística oficial, los datos del padrón municipal del pasado año, confirmaban que Asturias fue la comunidad autónoma que más población perdió. El informe de Eurostat (LNE, 11 de noviembre de 2004) nos situaba dentro de las 50 regiones de la Unión Europea que en el 2003 habían protagonizado los  mayores porcentajes de desempleo juvenil, con una tasa del 27%. Por último, el Observatorio Joven de Vivienda del Consejo de la Juventud de España indica que seguimos siendo la Comunidad Autónoma con menor porcentaje de jóvenes emancipados.  

La radiografía de la situación actual de Asturias admite muchas interpretaciones, pero deja poco lugar para el optimismo desmesurado. Es cierto que en los últimos años se han producido inversiones y avances que ofrecen una fotografía con un mayor dosis de color en un panorama demasiado acostumbrado al gris. Sin embargo, pensamos que aún queda mucho trabajo por hacer y que sigue siendo absolutamente necesario intensificar las políticas públicas dirigidas a diversificar nuestro tejido industrial mediante nuevos proyectos empresariales, fomentar la creación de empleo estable, abordar el cáncer que supone la temporalidad y la subcontratación en nuestro mercado laboral, o luchar contra los elevadísimos precios de la vivienda para convertir un derecho constitucional en realidad efectiva. Por si todo esto no fueran motivos suficientes, no podemos perder de vista el horizonte demográfico de nuestra comunidad autonómica. Estos días, más de un periodista centraba la atención en este aspecto. Entre los que se van y los que no nacen, nuestra pirámide de población se está ensanchando peligrosamente por arriba, por los que tienen más edad. Y ya se sabe lo que sucede con una pirámide invertida, que se hace insostenible y se acaba cayendo. Tampoco podemos obviar la realidad de zonas enteras de nuestra geografía que necesitan de la intervención pública para intensificar el tejido productivo. Me refiero a las Comarcas Mineras, que aún luchan por superar definitivamente la etapa del monocultivo del carbón, o las zonas rurales cuyo futuro está condicionado por el problema de la despoblación.
 
En fin, al menos desde el Conseyu de la Mocedá del Principáu d"Asturies consideramos que la emigración juvenil en Asturias es un hecho que no se puede hacer desaparecer como la realidad de Matrix. Resulta imprescindible asumir críticamente una realidad, la de la actual generación de jóvenes que, si no ponemos en marcha las medidas y las políticas necesarias, acabará por pasar a la historia como la "generación ALSA". Por eso es necesario reclamar ambición y generosidad para poner en marcha unas políticas públicas que consideren a la juventud como una apuesta estratégica, como la protagonista central de la acción de gobierno. Para ello hay que garantizar medios, recursos, diseñar y poner en marcha de forma inmediata programas y acciones que contribuyan a dibujar un escenario nuevo, con nuevas oportunidades, capaz de aprovechar el potencial creativo de la juventud para que revierta en nuestra sociedad, en nuestra economía, en nuestra industria, en nuestros municipios. No es un reto sencillo, pero es el reto que debemos asumir.

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Rebeca Rodríguez (Presidenta del Conseyu de la Mocedá del Principáu d"Asturies)
 

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