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Mujeres con calle

La Nueva España recogió el trabajo realizado por Milenta en el libro "Yo tengo una calle", editado por la asociación en 2001.
 

Mujeres con calle



La Nueva España (Más Gijón), 5 de marzo de 2005


Se trata de un estudio sobre los nombres de mujeres que existen, que existían en el año 2001, en las tres más importantes ciudades de Asturias. El colectivo feminista pretendió con esta publicación -que creo que no se ha puesto a la venta en librerías- llamar la atención sobre el escaso número de calles dedicadas a mujeres en Gijón, Oviedo y Avilés y nosotros recordamos un estudio anterior. En el año 1995 la Sociedad Cultural Gijonesa editó un folleto titulado «Nombres de mujer en las calles de Gijón». En ese momento eran 29 el número de calles que recordaban a figuras femeninas, apenas el 4% de las que había en la ciudad. Muy escaso porcentaje, pero que doblaba al de comienzos del siglo XX, con sólo tres mujeres en el callejero: Adosinda, la hija de Alfonso I; la feminista y escritora gallega Concepción Arenal y María Bandujo -en realidad, María González Bandujo- que, casada con Gregorio García Jove, constituye la parte alta del árbol genealógico de Gaspar Melchor de Jovellanos.
La publicación de Milenta Muyeres ya contabiliza en Gijón medio centenar de calles con nombre de mujer, mientras que Avilés tenía en ese año 17 y Oviedo 14, siempre exceptuando los de santas que no son pocos.
En estos escasos años transcurridos desde 2001 hasta la actualidad, Gijón ya supera los sesenta nombres con la incorporación al callejero de figuras como la actriz Aurora Sánchez, la científica Margarita Salas, la calle Les Cigarreres o la dedicada a la primera concejala en la ciudad, Esmeralda Maseda. Tanto Oviedo como Avilés también aumentaron la cuota femenina, pero, se nos antoja, que en porcentaje aún escaso.
Son curiosos, en este estudio de Milenta Muyeres, casos como los de las calles Angustias Pinto y Doña Iluminada, ambas en Oviedo, que corresponden a personajes literarios de las obras de Pérez de Ayala -de «Belarmino y Apolonio» y «Tigre Juan», respectivamente-, o la calle de Gijón llamada Santa Fraga, en el barrio de El Coto, que está dedicada a una santa que no existe en ningún santoral.
Más insólito es el caso de varias calles de Gijón como Santa Amelia, Santa Cecilia y alguna otra que estaban sin «santificar» hasta el año 1967, cuando el Ayuntamiento decidió «anteponer la palabra santa a las calles con nombres propios de mujer».
Por último, digamos algo que también nos llama la atención y que vemos en este estudio conservado en la Biblioteca Patac: no hay ninguna mujer que tenga una calle a ella dedicada en las tres ciudades.


 

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