Es el segundo desembarco. Modernización, generación
de empleo, disminución de la pobreza... fueron solo mitos. El saldo en forma de
impactos de todo tipo no puede ser más negativo: daños medioambientales,
desplazamientos de población, carestía y deficiencias de los servicios públicos
privatizados, deterioro de los derechos laborales, violaciones de los derechos
humanos y, en general, saqueo económico y de los recursos naturales. Frente a
ello, hoy, una amplísima red de organizaciones sociales del Sur y del Norte
coordinan sus luchas y resistencias.