La historia de las mujeres obreras que se niegan a ser víctimas. Carmen y Lourdes, trabajadoras de maquiladoras en Tijuana, luchan por cambiar su entorno y terminar con las violaciones laborales, la devastación y ambiental y el caos urbano en el que viven.
Carmen trabaja el turno de la noche en una maquiladora en Tijuana. Las maquiladoras son las fábricas trasnacionales que vinieron a México por su disponibilidad de mano de obra barata. Después de ensamblar televisiones toda la noche, Carmen regresa a una choza que ella misma construyó usando puertas de garaje recicladas, situada en un vecindario sin drenaje ni electricidad. Ella padece de mala salud al haber sido expuesta al plomo y otros tóxicos durante sus años en las maquilas. Gana seis dólares, pero no es una víctima, es una mujer dinámica moviéndose para mejorar su vida y la de sus hijos.
Mientras que Carmen y un millón más de trabajadores de la maquila producen las televisiones, los cables eléctricos, los juguetes, la ropa, las baterías y los artículos médicos, a la vez se enfrentan a violaciones laborales, devastación ambiental y caos urbano - la vida en el frente de la economía global. En MAQUILAPOLIS, Carmen y Lourdes van más allá de la lucha diaria por la supervivencia y organizan a sus comunidades para lograr cambios positivos en sus vidas: Carmen levanta una demanda en contra de una empresa por violar sus derechos de trabajo. Lourdes ejerce presión sobre el gobierno para sanear un sitio tóxico, una fábrica abandonada y repleta de desechos tóxicos.
Mientras que ellas trabajan para lograr cambios, el mundo cambia también: con una crisis económica global y la disponibilidad de una mano de obra más barata en China, los trabajos de la maquila empiezan a desaparecer de Tijuana, dejando a Carmen, a Lourdes y a sus colegas con un futuro incierto.